Peroratas utópicas 03

Written by Edgar Rodriguez on Friday, June 29, 2007 at 2:28 PM

“No quiero la escuela, prefiero el fútbol” rezaba una canción del “Morro” (aberración de música surgida a finales de los 90´). Pretendía ser chistoso, nunca lo fue, menos ahora que recuerdo el sonsonete debido a un correo electrónico que me llegó, en él se habla sobre un discurso que Carolina Aranda Cruz (niña de 11 años, estudiante de quinto de primaria) dio en el WTC, el discurso terminó con la siguiente frase: "Pobre México nuestro, tan cerca del fútbol y tan lejos de la ciencia." A poco no tiene razón la niña? Sólo por mencionar, en el pasado Draft del torneo de fútbol mexicano se movieron alrededor de $277,771,198.00 de pesos. ¿Qué cosas no podría hacer con ese dinero la UNAM? Claro, si no se invierte también en futbolistas como Solari o Sambueza para el equipo de Pumas. Muchos jugadores ganan miles y hasta millones de pesos (algunos dólares), dice la niña Carolina, con mucha razón "¿Por qué apoyar más a los futbolistas que a los científicos? ¿Son mejores personas? ¿Producen mayor riqueza? ¿Nos divierten más?” Si este último es el punto, acaso no es gracias a científicos que existe la TV a color, el Internet, los IPOD y otras tantas cosas útiles para el entretenimiento? (si es que esto que digo no es una perogrullada) Lo que hace Hugo Sánchez realmente vale los millones que gana, independientemente de que la Selección gane 2 o 20 cero contra brasil o pierda por similares marcadores ante Honduras. ¿Qué hace realmente Hugo por México? Parece que la vida nacional girara en torno al fútbol, si el “Tri” pierde la copa de oro todos dan el gritó en el cielo, reclaman, demandan que rueden las cabezas. ¿Pero qué hacemos si nos enteramos del poco apoyo a la ciencia y la cultura? ¿Cuántos van al Ángel cuando un Mexicano obtiene un Nóbel? No, no tengo nada contra el fútbol ni contra los deportes, el fut me parece divertido, me gusta verlo, me emociono cuando alguien mete gol, pienso que el deporte es esencial para el desarrollo humano (no por nada decían los griegos: mente sana en cuerpo sano). Pero de pensar la cantidad de dinero que ganan los seleccionados nacionales en comparación con las oportunidades de trabajo que llegan a tener personas con maestría y doctorado da tristeza, en realidad tiene mucha razón, demasiada razón, toda la razón, Carolina Aranda Cruz, pobre, pobrecito de México tan ciego, tan ingenuo, tan futbolero. Sino lo creen hagan una trivia: ¿Quién es Cuauhtémoc Blanco? ¿Quién es Mario Molina? Para terminar otro estribillo “A qué le tiras cuando sueñas mexicano [..] con que este año si ganamos el mundial…” (de Chava Flores, ese si tenia gracia carajo!)

Peroratas Utópicas 2

Written by Edgar Rodriguez on Saturday, June 23, 2007 at 4:58 PM

Doy patadas de ahogado mientras me incorporo de apoco al mundo laboral y la población económicamente activa. Me retuerzo todavía ante la idea de ser un asalariado: pagar impuestos, tener un número de seguro, número de empleado, seguro de vida y una caja de ahorro. Miro a mi alrededor, percibo los anhelos de mis compañeros de trabajo: escalar puestos, ganar mejor, ser el jefe. Sueños convencionales que obedecen a los ideales que nos han inculcado sobre una vida de “éxito”, me da hueva sólo de pensarlo. Por mi parte considero suficiente lo que gano, no necesito más (ya escucho las voces y acusaciones: Que conformista!!, que pocas aspiraciones!!! Que mediocre!! Por eso no avanzamos en este país!!!) Pero yo no me la trago, prefiero una vida sosegada en cuanto a aspiraciones e financieras, el éxito se lo dejo a Carlos Slim…que el sí que a hecho mucho por México o no?? O qué tal como los diputados, ellos sí que no son conformistas, quieren ganar cada vez más; por que claro, ellos son los representantes del pueblo y deben tener un suelo digno porqué gracias a ellos en los últimos 6 años se han generado un millón de empleos, en los que la gente gana en un mes lo que ellos en un día o menos si se les ocurre llegar temprano y aumentar sus ingresos con el bono de puntualidad, eso si que es visión y no mamadas, ellos si son hombres de éxito o no? A poco tú no quisieras ser de ellos, aunque claro, todos pensamos: si yo fuera diputado haría mejor las cosas, impulsaría un reforma hacendaría y una ley de medios.. y cuantos de nosotros nos bajaríamos el sueldo?? Quieren aumentar el erario público?? Lo más fácil es inventar nuevos impuestos en lugar de limpiar la administración y contabilidad pública (incluyendo los aumentos de sueldo injustificados) Cuantos de nosotros estaríamos dispuestos a ganar un poco menos, no para que construyeran otro Aeropuerto o un tercer piso en el periférico, simplemente para que ese millón de empleos generados en los últimos años puedan ganar más que un mísero salario mínimo?? Cuanto se necesita para vivir dignamente?? Cuantos están por encima de ese margen y cuantos por abajo? Cual es el margen de diferencia? Sorpresa!! El problema no son los “pobres” como anunciaba AMLO, el problema es la desigualdad, no se necesita ser genio para saberlo. Pero cuántos “profesionistas” tenemos la oportunidad de “crecer” económicamente, cuántos aspiran a tener más dinero, un mejor coche, una mejor casa, una vida más digna. Una vida más digna es, para algunos, poder hacer tres comidas al día, para otros dos, para otros una, para otros una cena en la Mansión. Y nuestros “representantes” elegidos democráticamente, en cuál rango están? Cuantos de ellos ganan más de lo que necesitan? Cuantos de nosotros ganamos más de lo que realmente necesitamos?? Sólo son mis patadas de ahogado en este vaso de agua, que espero derramar algún día y entonces si, !ya veras pinché mar!!

Sueños Robados - Solentiname - Ernesto Cardenal

Written by Edgar Rodriguez on Wednesday, June 13, 2007 at 3:41 PM

La ideología es, en el siglo XXI, producto de casualidades más que de convicciones. Para establecerlo de otra manera (benditos eufemismos) diré que el pensamiento propio no es único, no es primigenio y mucho menos preponderante; es producto de las ideas que cruzan por nosotros en forma de libros, música, revistas, periódicos, Internet. Por eso, repito, ahora más que nunca la ideología es producto las corrientes casuales y causales de información que fluye a un ritmo vertiginoso. Este pensamiento me llegó después de una casualidad. Fernando Zeron, un amigo “poeta” (él sabrá perdonarme las comillas si entiende su intención) me mando un correo con una foto en la que aparecía él, al lado de un viejito barbon y bonachon. ¿Quién es ese guey? Le mande yo como respuesta. El tipo resulto ser Ernesto Cardenal, “poeta” nicaragüense. Dos días después la revista Dia 7 publicó un artículo sobre Solentiname, archipiélago nicaragüense donde Cardenal, que también es sacerdote, fundo una comunidad contemplativa durante la revolución sandinista. La tercera coincidencia fue que después de escuchar en el coche de una amiga una canción de Mano Negra, la nostalgia me puso a buscar temas de dicha agrupación, topándome con “"Sueño De Solentiname" tema dedicado a dicha comunidad. A estas alturas me puse a pensar mi desconocimiento real sobre Solentiname, es decir había escuchado hablar de eso, pero jamás me había preguntado realmente que era, como fue, donde estuvo, que pasó ahí. Solentiname es un archipiélago en el Lago de Nicaragua; ahí se fundo una comunidad formada principalmente por artistas y campesinos, se trabajaba con un sistema de cooperativa, se creo una biblioteca, una casa de huéspedes, se promovió la pintura primitivista y la poesía… era un paraíso, reconocido a nivel mundial por sus logros en busca de una sociedad más humana, mas libre, mas espiritual. Poco sabia sobre Solentiname y sobre Ernesto Cardenal, que poco sabemos sobre tantas cosas, con que poco nos conformamos; las noticias de los medios: Talía tendrá un hijo, el partido del Tri, Paris Hilton en la carcel… ¿Por qué los medios no hablan de estas cosas? A casi 30 años de que terminó el sueño de Solentiname, por qué no la estudiamos en la escuela, en lugar repasar una y otra vez la segunda guerra mundial, por qué dejamos que nos digan lo que es o no es importante para la historia. A veces pienso, como me repite Zayil cuando vemos alguna película trágica: por qué nos empeñamos en relatar y recordar las muertes y olvidamos los pequeños grandes logros como lo fue el sueño de Solentiname. Por qué no aprendemos como de alguna manera (creo yo) enseña Ernesto Cardenal que no debemos dejarnos etiquetar ni etiquetar a los demás como “campesinos”, “poetas”, “sacerdotes”, “políticos”… que un campesino puede ser poeta y viceversa, que esa ahí como dice Beto Cañez donde radica la verdadera libertad y cito: “La Interdisciplina es el resguardo contrajerarquía”. La ideología es, ciertamente producto de las casualidad, no es fija, crece, se transforma; no es propia, surge de las ideas que nos rodean… sin embargo, podemos por nuestros propios medios enriquecer ese flujo de información en el que naufragamos, ser críticos con la misma, generar nuestra propia información (por eso agradezco el descubrimiento de los blogs) y buscar vías alternas, que nos recuerden sueños, que algún día podríamos hacer vigentes nuevamente como el precioso sueño de Cardenal y Solentiname.
Algunos links para saber mas:
De la polémica visita del papa JP II a Nicaragua:
http://www.memoria.com.mx/195/cardenal.html
De Ernesto Cardenal:
http://www.ernestocardenal.org
Lo que fue Solentiname:
www.nuso.org/upload/articulos/422_1.pdf

Sueños Robados - La muerte feliz - Albert Camus

Written by Edgar Rodriguez on Monday, June 04, 2007 at 11:56 AM

¿Cómo lograr la felicidad? Es la pregunta incesante, taladra nuestras cabezas si asumimos cierta la convicción modernistas de que ése es el fin último del hombre. De ser así todas nuestras acciones, decisiones y pensamientos deberían estar encaminados a ese objetivo preciso. ¿Pero qué se necesita para ser feliz? La sugerencia de Zagreb, un viejo invalido y millonario, es simple: para conseguir la felicidad se necesita ser dueño de tu tiempo, y para tener tiempo, se necesita dinero, el dinero compra todo, incluyendo el tiempo; no importan los medios para conseguir el dinero, el fin es lo importante. Entonces, un hombre, Mersa.. (ustedes disculpen que no recuerde bien el nombre del personaje) mata a Zagreb, para quedarse con su dinero, su tiempo y su felicidad. ¿Pero después? ¿Qué hace con ese tiempo? Viajar, vivir sin preocupaciones, disfrutar de mujeres, la contemplación del mundo, pensar, pensar demasiado. Difícilmente escapamos de eso, de revolcarnos en la implicaciones éticas, sociales y morales que tienen nuestras acciones. Entonces no resulta tan fácil ser feliz, hay todo un sistema que nos impide serlo, a cualquier precio. Entonces, el hombre se descubre ajeno a todo lo que le rodea, incapaz de comprender las motivaciones de los hombres, incluso las propias, se pare extranjero. Los engendros de Camus guardan parecido entre si, cualquier comparación es inevitable; sobre todo al tratarse, como esta, de una obra publicada de manera póstuma. ¿Por qué Camus no la público en vida? Algunas deficiencias en la referencias temporales espaciales, una historia que por momentos no cuenta nada, demasiada cercana con su propia vida. Y aquí estoy yo, con mis tiempos libres después de una jornada de trabajo, leyendo a Camus, pensando que talvez esta novela pudo ser mejor; sin embargo, disfrutando de la prosa suelta y por momentos profunda que mi amigo Albert (es mi cuate, la verdad lo estimo bastante, aunque el no lo sepa) maneja. Nunca me ha llamado la atención ser rico, como Mers… no sabría que hacer con el dinero y el tiempo y las implicaciones sociales, éticas, bla, bla… Después de terminar “La muerte Feliz” no puedo asegurar que yo mismo lo sea, pero al menos, satisfecho de una lectura plena, puedo morir (dicen que dormir es morir un poco) tranquilo.

Snap Shots

Get Free Shots from Snap.com