Sueños Robados – El libro negro- Organ Pamuk

Written by Edgar Rodriguez on Wednesday, July 11, 2007 at 9:53 PM

Esperé la noche para escabullirme al baño, como los esperaba no había nadie, me acerque al espejo y miré fijamente mi rostro por cinco minutos, pero no encontré nada, ni el menor rastro de una letra; fui incapaz de reconocer los caracteres que revelan los secretos de la vida. Regrese a mi lugar decepcionado, me desconozco, soy un secreto para mí y, seguramente, para la mayoría de la gente que me “conoce”. El problema es que creo demasiado en los libros, me cuesta trabajo lidiar con los límites entre realidad e invención, incluso en los territorios presuntamente más evidentes, como una novela de ficción, suelo caer en la trampa.
Si Galip se miró en el espejo y descubrió los caracteres secretos escondidos en las líneas de su cara, además del mapa de Estambul con los rincones más significativos de su propia historia y después de eso, como si hubiera descubierto el secreto de la vida o le llegará la iluminación divina, comenzó a escribir columnas periodísticas idénticas a las de Celal, el mejor columnista de Turquía. ¿Porqué yo no podré conseguir los mismos resultados después de escapar furtivamente al baño de la empresa y mirar con profunda curiosidad mi propio rostro?
Es simple, estoy contaminado, creo demasiado en lo que leo, veo y escucho; he dejado en algún momento de ser yo mismo. Como aquel príncipe de Estambul (del cual habla Galip tras recibir la iluminación) que pasó diez años de su vida leyendo para poder ser un buen sultán, pero un día imaginó como resolvería un caso importante sentenciando al acusado con las mismas palabras de Voltarie y no le gustó; no estaría siendo el mismo, sería sólo una mala imitación de Voltarie y de todos los escritores leídos durante diez años. Entonces pasó otros diez años tratando de olvidar lo leído, para poder ser el mismo; pero descubrió que no sólo las ideas de los libros le impedían ser el mismo, también lo hacían la intervención de las demás personas, sus recuerdos e incluso los muebles y objetos que lo rodeaban, todo lo alejaba de su máximo propósito: ser el mismo. El príncipe murió dictando sus memorias, la única manera de ser el mismo era llenar los espacios de su mente en los cuales se fugaban ideas ajenas, con su propia historia y pensamiento, repetidos una y otra vez hasta el fin de sus días.
Tengo dos opciones: abandonarme en algún lugar solitario lejos de todo y de todos u olvidar la idea de llegar a ser realmente yo, vivir siempre con ideas ajenas rondando mi cabeza, robar sueños de otros para convertirlos en propios; con la esperanza de que en algún prodigioso minuto de mi vida logre una idea propia, la cual se vuelva eco para fustigar las mentes de otras personas que pretendan ser ellas mismas y sólo alcancen a ser una pobre imitación de mi. Mientras seré Pamuk, contaré historias orientales como las de las mil y una noches, buscare desentrañar un misterio, escribiré como el mejor columnista de Turquía sobre los temas más diversos que puedan imaginar, me pareceré cada vez más a él hasta conseguir ganar el Premio Nóbel.

0 Responses to "Sueños Robados – El libro negro- Organ Pamuk"

Snap Shots

Get Free Shots from Snap.com