Adios Xochitl, Adios Calli

Written by Edgar Rodriguez on Thursday, January 10, 2008 at 2:54 PM

Mi casa estaba sola, abandonada, quizás triste. Esta vez incluso me hubiera gustado encontrar a los mosquitos, pero sin trastes sucios o manzanas a medio morder no parece que Izcalli les resulte atractivo, tal vez también se le hace lejos y el trafico y todo eso los ahuyento, como a nosotros. No me reclama, este departamento es fiel como perro, pero no necesita decir nada, lo se, cada esquina huele a nostalgia.
Quisiera pedirle perdón, explicarle que el abandono no fue planeado, fue paulatino, simplemente pasó: primero Ámbar enfermó, no quisimos exponerla al largo viaje ni al frío matinal de los linderos de la zona metropolitana; después, Zayil fue operada, no puede cargar cosas pesadas, quedó descartada la proeza diaria de viajar en camión con Ámbar en brazos y dos mochilas; finalmente, vinieron las fiestas de fin de año y más frío y nuevos planes. Ya tenía tiempo rondando en mi cabeza la idea de cambiar de casa, pero no pensé que sucediera tan pronto.
Esta es la segunda vez que emigro de este lugar, la primera fue cuando tenia como 5 o 6 años, en esa ocasión las razones fueron similares: la distancia, el tráfico, el estrés… Y el pobre departamento fue abandonado, pero permaneció fiel a la familia, de alguna manera yo intuía que tenía que regresar algún día, por eso cuando llego Ámbar y Zayil y yo decidimos vivir juntos, lo más natural me pareció regresar ahí, donde secretamente había prometido volver.
Ahora me marcho otra vez, las historias se repiten, continúan los ciclos en espiral infinito. Intuyo que Nathaniel Howthorne tiene razón en “La casa de los siete altillos”, cuando critica el afán del hombre de asentarse por generaciones en un edificio, de sentar raíces en construcciones monumentales que venzan el tiempo que nosotros (al fin humanos, no podemos vencer). Puede que el escritor norteamericano tenga razón cuando dice que los palacios de gobierno, los juzgados y todas las edificaciones del estado, deberían ser más endebles, como símbolo de la necesidad de cambio, de transformación (no evolución, es diferente) cada determinado tiempo, porque nada es ni debería pretender erguirse como eterno.
Si, los cambios son necesarios, pero eso no quita la soledad y tristeza de la que fuera mi casa por casi dos años… que poco tiempo, que cortos son mis ciclos, tal vez mis padres tengan razón, voy demasiado rápido, demasiado atrabancado… podría esperar otro par de años en Izcalli, velando la nostalgia, aferrado a breves, veloces, bellos recuerdos… memorias colibrí, que baten sus alas rapidísimo, chupan todo el dulce e una flor se llenan de ella y luego se van, buscan otra flor, otra casa. Han pasado demasiadas cosas en dos años, Ámbar es la mejor prueba de lo que digo, ella sola es demasiadas cosas, ella sola es casi todo…
Tal vez vuelva algún día a Izcalli con la cola entre las patas, se que ahí estará ese departamento presto a recibirme otra vez. Por ahora solo restan vueltas sucesivas para vaciar poco a poco las entrañas de mi antigua casa… luego arrogarlas todas a la nueva flor en la cual Yo, Zayil y Ámbar agitaremos nuestras alas hasta agotar todo el polen que este nuevo lugar pueda ofrecernos.

Asesinos cereales y reyes majes

Written by Edgar Rodriguez on Saturday, January 05, 2008 at 10:24 PM

Hoy en la mañana me senté a desayunar un poco preocupado, dos ideas me agobiaban: los reyes magos y los asesinos seriales. Una cosa no tiene mucho que ver con la otra, salvo que ambos son conceptos que habitan más en el imaginario colectivo que en la realidad. Mi preocupación por los reyes magos era por que no había comprado nada… perdón quise decir que los reyes magos no habían comprado nada para Ámbar. Por otro lado, la idea de los asesinos me seguía rondando después de una investigación que hice para documentarme un poco para una novela que pretendo escribir, de la cual no he conseguido más de tres cuartillas mediocres. Para desayunar sólo había café preparado, así que asalte la alacena de la casa de mis suegros, en la cual encontré una caja de “Korn Flakes”; no acostumbro comer estas cosas pero como tenia flojera de buscar otra cosa me serví de estas supuestas hojuelas de maíz en un plato, pero no había leche así que les puse café. Mientras masticaba mi extraña mezcla pensaba en los asesinos seriales en México, por ejemplo en el caníbal de la guerrero, en la mata viejitas e incluso en Goyo Cardenas. Tal vez es un tema muy trillado para las novelas, como los reyes magos son un tema común en estos días, sería mejor escribir y pensar en otras cosa o darle la vuelta a los temas... como una viejita que mata asesinos, eso puede ser una buena ida, tal vez podría comenzar con una escena de una mujer de 80 años leyendo el periódico, pero no cualquier periódico, debe ser la Prensa o el Metro, entonces en su cabeza comienza a trabajar una idea, mientras desayuna cereal por supuesto, vengar a su hermana que fue asesinada por la mata viejitas y después de eso, sentirá tanto placer en ejecutar y planear la muerte que seguirá con una cadena de ajusticiamientos… es demasiado, con que fuerza puede matar una mujer de 80 años a un asesino serial… este cereal ya esta muy remojado y no tiene muy buena cara… que tal los reyes magos asesinos! Ya estoy desvariando, creo que no me cayo bien este desayuno… los cereales remojados me ven con cara de pocos amigos, intuyo que esconden algún arma en el fondo del plato… Por la tarde planeaba ir al centro para comprar… digo para que los reyes compararan algo para Ámbar, pero ahora me siento mal del estomago, es culpa de ellos, de los cereales no de los reyes magos, los imagino dentro de mi cuerpo haciendo estragos en mi intestino, son unos asesinos cereales… y los reyes? Bueno, mientras yo me sienta mal, ellos seguirán haciéndose majes.

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