Un hombre persigue palomas en la explanada de la Hemeroteca Nacional, se divierte como un párvulo. Antes lo he visto, es el encargado de entregar el material de consulta y pedir a cambio una credencial oficial con fotografía. Me pareció un tipo hosco desde el primer encuentro. Debe tener unos cincuenta años, complexión gruesa, pelo cano cuidadosamente cortado, lentes gruesos, bigote de aguacero y labios enjutos, me recuerda a mi padre cuando se enojaba.
Hoy, viste pantalón de vestir deslavado, camisa polo con el logotipo de los Pumas y una gorra azul, también con el símbolo del equipo universitario. Mientras lo observo, su espíritu parece resplandecer y su ser se conjuga armónicamente con la tarde soleada, el cielo azul y la música clásica en mis audífonos Es realmente una imagen hermosa, hasta que él se percata de mi presencia. Se detiene en seco, yergue el torso con aire digno, escupe en el suelo y se marcha de regreso a su mundano trabajo de todos los días.
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